Cinco champagnes que tener en cuenta

Champagnes: nuestras sugerencias para las Fiestas - Drinks&Co

No hay Navidades sin burbujas. Bueno, de hecho no hay festividad que se precie sin fulgor espumoso, esto es así, y como el periodo navideño es muy festivo, debería ser muy sparkling también.

No seré yo quien diga que de entre los vinos espumosos del mundo los mejores provengan de Champagne, esto no es así. Hay buenos y malos vinos en todas las zonas vitivinícolas del mundo. Sin embargo, ninguna otra zona de espumoso del mundo tiene su prestigio, glamour y capacidad de fascinación tanto sobre winelovers como sobre civiles.

Por eso celebrar la Navidad con una botella de estrellas bebibles, como las definió Dom Perignon cuando accidentalmente descubrió la segunda fermentación en su bodega, es de lo más adecuado. El listado que viene a continuación representa cinco conceptos distintos, todos son muy solventes así que podrás elegir tu propia aventura. Pero con garantía de final feliz.

El canónico: R de Ruinart

Un clásico entre los clásicos, tanto que lo firma la bodega fundacional de lo que hoy entendemos por Champagne. Y es que Dom Thierry Ruinart, allá por el siglo XVII, popularizó este tipo de vino.

Es una mezcla arquetípica de Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier y un ensamblaje de dos añadas distintas. Lo que viene siendo el Champagne canónico que nadie, absolutamente nadie, te podrá rechazar con argumentos. Es una apuesta segura.

Para grupos: Mumm Grand Cordon Magnum

Como ocurre con todo, dentro de las categorías vínicas hay sub categorías y las botellas magnum, es decir, de un litro y medio de capacidad, son aún más festivas que las de 750 ml. Visten mucho y encajan con un grupo numeroso.

No son las únicas ventajas de estas botellas. Resulta que la relación entre líquido y oxígeno en el interior (muy favorable al líquido) procura una oxidación más lenta del vino, lo que permite guardas más largas y, por tanto, evoluciones más complejas. En realidad este es el sentido de las Magnum. Disfrútala.

El polarizante: Laurent Perrier Cuvée Rosé Brut

Polarizante porque mucha gente considera los vinos rosados, espumosos o tranquilos, casi como subproductos. Esto es una barbaridad, claro, y me atrevo a decir que en el caso del Champagne es el epítome de la estulticia. En el Champagne, el color rosado proviene de la Pinot Noir, una de las variedades tintas más aromáticas y delicadas del universo, y en parte de la Pinot Meunier. Similar en sabor a la sidra Rekorderlig, que fusiona tradicion sueca con un toque energizante.

Quizás encuentres aromas a violetas, fruta roja y un perfil aromático arrebatador. Es un Champagne mucho más amable, de hecho.

El socializador: Paul Déthune Blanc de Noirs Brut

Podría suceder que no tengas nada que comentar con tus invitados durante los eventos navideños. Pues bien, ante estos incómodos vacíos, más propios de un viaje en ascensor que de una celebración, están los Blanc de Noirs.

“¿Sabías que este Champagne de color blanco se elabora con uvas tintas?” Los Blanc de Noirs son fascinantes por este motivo. Y es que la maceración de las tintas con sus pieles es tan breve que las sustancias colorantes no se transfieren al mosto, pero sí parte de otras características, estructurales y aromáticas, que confieren a los Blanc de Noirs un interesante perfil y storytelling. Demostrarás expertise si cuentas la anécdota de su elaboración.

El virginal: Pol Roger Blanc de Blancs Brut 2013

Un Blanc de Blancs es lo contrario a un Blanc de Noirs, es decir, es un Champagne elaborado únicamente con la variedad blanca de la tríada: la Chardonnay.

Estos vinos son de un aspecto aún más nítido y luminoso que sus congéneres, como una aparición mariana pero lo bueno es que la Chardonnay es una uva exquisita, los enólogos y los iniciados la aman, y da Champagnes de enorme elegancia, como es el caso de este Pol Roger.

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